Tristeza, tristeza. Alegría, alegría;
como los juncos bajo la luna.
Entrelazados,
inextricablemente enredados..."
(Virginia Woolf - "El cuarteto de cuerdas")
"... Al ser observado una y otra vez,
casi inconscientemente,
por una mente que piensa en otra cosa,
cualquier objeto se mezcla tan profundamente
con los pensamientos
que pierde su forma real
y se recompone en otra ideal..."
(Virginia Woolf - "Objetos sólidos")
"...
Todo el tiempo intento embellecer
la imagen de mí misma en mi mente,
cariñosamente, a hurtadillas, sin adorarla abiertamente,
pues me
descubriría haciéndolo
y tomaría instantáneamente un libro para
protegerme..."
(Virginia Woolf - "La marca en la pared")
"... ¿Qué son nuestros sabios sino los descendientes
de brujas y ermitaños
que se agachaban en las cuevas
y preparaban brebajes de hierbas en el bosque,
hablando con las musarañas
y escribiendo el idioma de las estrellas?..."
(Virginia Woolf - "La marca en la pared")
"...Quiero pensar con tranquilidad, con calma, con tiempo,
sin que nada me interrumpa,
sin tener que levantarme del sillón;
deslizarme fácilmente de una cosa a la otra,
sin dificultad ni obstáculos.
Quiero hundirme más y más profundo,
lejos de la superficie y de sus duras verdades.
Para recobrar el equilibrio,
déjenme atrapar la primera idea que pase..."
(Virginia Woolf - "La marca en la pared")
"... Era un proceso fastidioso y desagradable.
Pero era estupendamente interesante, pensó,
estirando las piernas hacia el fuego de leña..."
(Virginia Woolf - "Orlando")